lunes, 29 de abril de 2013

(11) Conques-Livinhac le Haut (24,2)

Los días son primaverales-malos, esto es, cambiantes, con nubes instaladas y chubascos a ratos, pero es lo que hay y no demasiado malo para andar.
Antes de salir devolvimos la enorme bolsa de plástico que nos entregaron a cada uno al llegar. Su destino: meter dentro la mochila para que no tuviera contacto con el suelo ni con mueble alguno. Nos explicaron que intentan evitar que se repita la plaga de chinches ("punaises" en francés), y es una medida en este sentido. Fue una sorpresa y en algún otro lugar leímos algo sobre estas punaises, pero fue el único sitio donde hacen esto.
 
Un poco antes de las 9 nos hicimos la foto familia previa a iniciar la caminata, claro, lo hicimos ante el famoso tímpano de la fachada principal donde se representa el Juicio Final con 124 personajes. A la izquierda los elegidos y la derecha los pecadores, y las diferencias entre unos y otros son evidentes.
Raboneamos un poco en la salida por aquello de dar un último vistazo a este pueblo tan espectacular.

Pero a los pocos minutos enfilamos la salida por una cuesta sin fin que nos llevó al fondo del valle.


Tiene una gran pediente, es casi eterna y en muchos tramos las lajas de pizarra están de perfil, lo que sirve para limitar el riesgo de resbalar, que aún así persiste.
En la base, un río con puente romano... y la operación inversa: subir y subir para equilibrar la cosa y alcanzar la cresta de la montaña de enfrente. 

En apenas 3 kilómetros bajamos 200 metros y luego subimos a unos 500 en una dura y embarrada cuesta. Sudamos de lo lindo.



Llegados arriba una vista espectacular de Conques y, un rato antes de la cumbre, una pequeña capillita donde todos nos recreamos con el paisaje y , de paso, tocamos la campana.


A partir de este punto y durante un rato la etapa se suavizó algo y disfrutamos del camino aunque también hubo, quizás, demasiado asfalto.


Lo que en el plano de la etapa venía marcado como pueblitos en realidad eran unas casitas tipo granja en las que nunca vimos a nadie.


Un rato más tarde cruzamos el Lot, y la operación fue similar a la salida de Conques: importante descenso y de nuevo una subida muy pendiente por un camino embarrado.


Superado este obstáculo natural llegamos a un pequeño pueblo llamado Prayssac (luego Juanma se enteraría de que allí viven solo tres familias) en el que sabíamos que existe un "accueil", un sitio de acogida para peregrinos. Te ofrecen cafe o zumos a cambio de la voluntad en una especie de antiguo establo sin reconvertir, pero fueron muy amables.
Allí Juanmna decidió quedarse (está haciendo sólo medias etapas) para que lo recogiera Manolo, que está a cargo del coche-escoba), pero la operación no fue nada sencilla: no había cobertura y Jean Luc, el hospedero, le daba indicaciones desde el exterior para llegar a este punto ignoto que no figura en ningún mapa.

Al final Juanma estuvo allí casi dos horas, Manolo llamó media docena de veces (Juanma casi agotó su batería) y al final hubo encuentro.


A partir de aquí se plantearon a los caminantes dos alternativas: la ruta de las crestas, recomendada por Jean Luc, o la oficial, bajando y subiendo. 

Eligieron la primera, pero al no estar señalizada surgieron problemas y en ocasiones anduvimos campo a través...

...a veces hubo quien se decidió por los atajos y la vuelta al sendero oficial no siempre resultó sencilla.


Según avanzaba la jornada fuimos conscientes del error de no aceptar el pic-nic que nos ofrecieron en la abadía de Conques para almorzar. Contábamos con tomar algo en cualquiera de los pueblos que atravesáramos, pero no hubo pueblo y por tanto tampoco almuerzo.


Cuando al final vislumbramos Livinhac estábamos desfallecidos y la lluvia tampoco contribuía a animarnos, pero nada que un rato de descanso y la cena no pudieran arreglar.
Nos alojamos en una casa muy agradable, toda para nosotros, justo al lado de la Mairie. El pueblo por lo demás, sin el menor interés. Cenamos en el restaurante de al lado bastante bien y volvimos a jugarnos las copas a los chinos.....
Como curiosidad, lo que les ocurrió a mediodía a  Juanma y Manolo mientras almorzaban: ojearon en el restaurante el periódico regional, La Depeche du Midi, y la noticia principal de su portada (dentro ocupaba en su totalidad las páginas 2 y 3) era la crisis de España con el paro, la recesión, la delicada situación de la Monarquía, la corrupción, etcétera. Ni estando fuera pudimos olvidarnos del drama que atravesamos.


2 comentarios:

  1. Anda que....atravesando alambres de espino de verdad?!?!?!?! vaya peregrinos macarras que estáis hechos :-)

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  2. Un placer encontraros de nuevo en las magníficas crónicas de Juanma. Y una envidia, como suele decirse, de veros triscando por las francesas trochas del Camino del Puy. A nosotros nos tocará después del verano. Las dos primeras etapas desde Conques no parecen para tirar cohetes ni bailar muñeiras pero, en fin, hacer de peregrino no es siempre fervoroso jolgorio.
    Interpretamos que Juanma va de kilometraje reducido quizás por rodaje después de la revisión de los 50 mil. Al estar todavía en garantía no habrá de ser problema ninguno.
    Os seguiremos leyendo con devoción. No tenemos ninguna duda de que habéis planificado con rigor y precisión. Y tenéis coche escoba, jo. En cualquier caso contad con nuestra posible aportación logística desde nuestra Maison du Pélerin Digitalité, en la salvaje Garrotxa.
    Un abrazo a todos y salud con la copa en alto, que es uno de mayo.
    C.C.

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