Cerramos el recorrido 2012 con una etapa interesante en la que todo salió muy bien: el tiempo, el paisaje, las cuestiones artísticas y el cronograma. El día fue magnífico y no caluroso, el panorama espectacular, la iglesia de Bessuéjouls espléndida y Estaing una joyita y cumplimos el horario con creces pese a la dureza de un ascenso matador. De entrada, nos hicimos la foto en la salita de estar del hotel Moderne para variar ya que era más acogedora que el entorno circundante.
De camino a la salida de Espalion retratamos las ruinas del castillo medieval de Calmont d'Olt que sobre un alto preside la villa. Debió ser potente.
En cosa de 45 minutos nos pusimos en Saint Pierre de Bessuéjouls, una iglesia del siglo XII de cuya existencia nos había advertido un amigo catalán que ya hizo el camino y que sigue este blog como un auténtico fan. Realmente es una maravilla, aunque estuvimos a punto de no poder verla. Estaba cerrada, había un cartel sobre el régimen de visitas y nuestro gozo casi en un pozo. Finalmente, Ana encontró un timbre que al pulsarlo abría la puerta, y accedimos al interior.
Es de dimensiones modestas, pero muy interesante.
Cuenta con dos angostas, pero muy angostas, escaleritas que permiten acceder/bajar a la parte superior, donde hay un pequeño altar en una así llamada "capilla aérea". La recorrimos a conciencia y disfrutamos con sus capiteles y con el arte románico. Una preciosidad.
Poco después nos topamos con esta curiosa estatua. También entramos, a unos cientos de metros de la iglesia, en la Domaine D´Armagnac, una antigua casa agrícola reconvertida en casa rural. Nos colamos ante la atenta mirada de quien nos pareció una usuaria del albergue..., pero no, era la propietaria. Charlamos unos minutos con ella antes de irnos.
El reinicio del camino nos deparó una pronunciada cuesta que nos hizo sudar, pero la verdadera cuesta vendría más adelante.
No obstante, también disfrutamos del camino con algunos tramos en los que llaneamos.
Y entre macizos de flores silvestres y muchos bosques de robles con abundantes arbustos y árboles de boj llegamos a Estaing, pueblo al que sin duda está vinculado el expresidente francés Valery Giscard D´Estaing.
Es una urbe histórica muy conservada, en la que destaca su imponente castillo.
Y como no, su puente medieval de acceso.
No obstante, dejar constancia de que hay más puentes ya que el pueblo está rodeado por dos ríos.
En esta preciosa villa hicimos algo de turismo, se modificaron los grupos y recuperamos a Jaime, que iba delante pero sufrió un pequeño despiste.
También compramos algunos dulces, para probarlos y también para llevar a casa.
En la foto anterior, las chicas se dedican a ponerse crema protectora, ante la evidencia de que el sol puede apretar. En la siguiente una muestra de las preciosas vidrieras de la Iglesia de Saint Fleuret.
Paco y Juanma suben a visitarla.
El lugar nos encantó y algunos se plantearon regresar a la zona en alguna ocasión, ya que, por falta de tiempo, no pudimos visitar el interior del castillo.
Tras un largo y reponedor descanso, vuelta al camino. Llevábamos sólo 12 kilómetros y pensábamos que nos quedaban unos 14, pero como ocurrió otros días, al final la etapa se estiró o bien el GPS de Álvaro mide mal, que es lo menos probable. Eran sobre las 12,30 y teníamos margen hasta las 17.00 para coger en Golinhac el bus que habíamos alquilado.
Los bosques, hoy con muchos robles/carballos pero también castaños, fueron una agradable compañía.
Al final comprobaríamos que en los siete días de marcha NO HABÍAMOS VISTO NI UN SOLO EUCALIPTO.
Un gran consuelo y mucha envidia. Es posible vivir sin tenerlos cerca, algo difícil de imaginar en Galicia.
Y como es fácil comprobar, los fotógrafos iban muy pendientes de las flores silvestres que cada poco atraían a las cámaras.
En este tramo hubo el que quizás fue el peor ascenso de todos: unos 350 metros de desnivel pero salvados en muy poquitos kilómetros. Fue realmente duro y tuvimos que hacer un par de paradas.
Y con una hora de adelanto fondeamos en Golinhac, el pueblecito señalado para el final del recorrido. No había ningún local abierto y en pequeño super hicimos una compra para tomar un tentempié que nos supo a gloria. Nos instalamos en la terraza del albergue, cerrado hasta más tarde, y nos felicitamos de concluir el programa sin incidencia alguna y disfrutando a tope.
Había gente esperando que abriera el albergue (más bien un hotel) y Juanma pegó la hebra con un chavalito de Marsella que había tenido una novia de Vigo en una estancia en Londres. Tenía solo 20 años y dijo hacer el camino hasta Santiago para aclararse en la vida. Ni estudiaba ni trabajaba, por lo que recibió los consejos de rigor que supongo colocará en el almacén de las pelmadas de turno. Pero se le dieron.
Entramos en Toulouse cerca de las nueve de la tarde y con lluvia, lo que nos impidió dar una vuelta como era nuestra intención salvo un par de intrépidas que quitaron horas al sueño para acercarse a la plaza central. Para la mayoría queda para otra vez.
Este cartel estaba situado frente al albergue de Golinhac y el chico de la novia de Vigo me preguntó si era español. Andaba despistado ya que, pensamos, estaba escrito en occitano.
Y como una propuesta de futuro, la foto recuerdo que hicimos el primer día. En Golinhac las botas estaban un poco más sucias y gastadas, pero mereció la pena.